Añadir musgo a nuestro bonsai

Para añadir musgo a nuestro bonsai, basicamente hay dos formas. Una de ellas es la del parcheo con musgo recolectado de la naturaleza. Lo malo de este método es que a veces no agarra bien y se acaba despegando; lo bueno es la rápidez del proceso. 

El primer método consiste en recoger el musgo, dejarlo secar bien durante una semana y triturarlo. A continuación se criba para separar las fibras grandes. Al hacer esto nos queda una especie de polvillo fino mezclado con fibras pequeñas. Ese polvo es el que contiene las esporas con las que se reproducirá. Finalmente expolvoreas con él la superficie del sustrato y se pulveriza con agua libre de cal de vez en cuando para mantener húmedo (Solo humedecer). El musgo necesita sombra, humedad y fresco para brotar. Es un método más lento y trabajoso, pero resulta más natural y no hace tanto «efecto costra». El polvillo de musgo que te sobre puedes guardarlo en un frasquito bien cerrado para otra ocasión.

Si aún así prefieres el otro método. Recoge el musgo en tiras o parches, a poder ser con la primera capita fina de tierra. Los colocas en el sustrato presionando un poco y moviendo ligeramente a un lado y otro para asentarlo. A continuación clava los bordes de los parches con unas horquillas de alambre de cobre, porque se levantan según se va secando y estropean el «invento». Luego cubres con un poquito de sustrato esos bordes.

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